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Algora

Carretera y monte

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Se encuentra entre las laderas de la sierra Ministra y la carretera N-II. Los cercanos parajes de la hoz del río Dulce son muy recomendables para los amantes de la naturaleza. Tierras de caprichosas paredes –perfectas para los nidos de  buitres–, que encajan al pequeño río, que fluye rodeado de sauces y chopos. Algora es villa desde tiempos de Carlos III. Consta de dos barrios, que pertenecieron en su tiempo a señoríos diferentes: Mandayona y Medinaceli. En el Arrabal está la ermita y en el Perchel, la mayoría de sus casas. Esta división era real cuando la N-II partía por la mitad a esta localidad. Ahora, con el nuevo trazado, la división en más imaginaria que patente.

Es recomendable visitar su picota del siglo XVII y su iglesia de San Roque, construcción majestuosa en piedra con torre, espadaña y campanario, que data del siglo XVI.