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Basardilla

Pequeño en tamaño, grande en oferta

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Tiene una superficie de poco más de 19 kilómetros cuadrados, pero alberga tanta belleza que a un visitante le puede resultar chocante. Solo sobre el plano. Cuando llega a la localidad lo entiende todo. Mientras águilas imperiales, buitres leonados o milanos reales le dan la bienvenida, comprende por qué está en una zona de especial protección de las aves. Si sigue el vuelo de alguna de las cigüeñas que abundan por el lugar no le costará llegar hasta la iglesia de San Bartolomé, un ejemplo en todo su esplendor del románico rural. Viendo esos ábsides perfectos y esa decoración fantástica en aleros y columnas sabrá, sin lugar a dudas, que está ante un bien de interés cultural. Un paseo por el pueblo le va a mostrar que está en un paraje singular, donde las rocas de la montaña forman parte de las casas y donde la fe se traduce en catorce centenarias cruces de piedra, en recuerdo del Calvario de Cristo.
Como una parte del municipio está integrada en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y el resto en el Parque Natural de la Sierra de Guadarrama, adentrarse en el espacio natural del lugar parece lo propio. Lo difícil es elegir qué caminos transitar, la oferta de lugares a destacar es abundante: las orillas del río Pirón, la ruta hacia el puerto de Malangosto, el paso del arroyo del Molino o la subida al Cerro del Guijo, con su laguna, que serviría de escenario perfecto para pintar un cuadro con lo mejor de la sierra.
 

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