El Valle de Guadalest guarda varias joyas. Una es Beniardá, que por su propia belleza y por el entorno que la rodea a orillas del majestuoso embalse ha sumado el turismo rural a su lista de actividades económicas fundamentales. Dos fuentes marcan el ritmo de la vida en el pueblo: la Font Vella, que preside una bonita chopera, y la Fuente de la Mezquita, en cuyos alrededores las leyendas cuentan que pudo estar ubicada la segunda mayor mezquita de Al-Andalus. La Iglesia de San Juan Bautista de Beniardá, del siglo XVI, es una de las primeras construidas en todo el Valle de Guadalest. Una cúpula de tejas verdes matiza su campanario.