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Beniarrés

De la seda a las terrazas de olivares

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Se dice que Beniarrés curtió a sus gentes a fuerza de ponerles retos. Uno de ellos, las tierras que lo circundan, todas de secano. Dos: la orografía. Tres: el clima. El caso es que a fuerza de tesón despuntaron las moreras, que hicieron florecer la industria de la seda. Enormes terrazas de piedra en las laderas de las montañas dieron paso al olivo y al aceite de oliva de Beniarrés, admirado en muchos lugares. La construcción del Embalse de Beniarrés fue parte del proceso de modernización del pueblo, algo de lo que no gozaron los moradores de la Cueva del Oro (6.000 a.C.), donde se encuentra el yacimiento neolítico más importante de la Comunidad Valenciana.

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