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Corella

El Barroco en vivo

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Las imponentes dos torres de la iglesia de San Miguel y el impresionante campanario de la del Rosario se ven desde la distancia, antes de llegar. Adentrarse en Corella es trasladarse al Barroco. Por el centro del municipio, apenas daremos un paso sin encontrarnos con iglesias, palacetes o casas de señores nobles que vivieron aquí hace no tanto tiempo. El mismísimo rey Felipe V vino aquí junto con su esposa, María Luisa de Saboya, cuando ella intentaba curarse de una tuberculosis, gracias al clima seco y a base de una dieta rica en ajos. Se alojaron en el palacio de Los Sesma o casa de Las Cadenas, por las que pusieron como adorno en agradecimiento a los monarcas.

A lo largo de la estrecha calle Mayor encontramos casas de apellidos ilustres (y largos), como los Sagaseta de Ilúrdoz, los Sanz y Garisiaín o, más adelante, los Miñano o los Morales de Rada y Asiaín. Suelen tener el ladrillo visto, contrastando con los escudos y blasones de piedra y los hierros forjados de los balcones. A los habitantes de Corella sólo les falta plantarse la peluca blanca y bailar el minué para nuestro viaje al Barroco sea completo.