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Figaró-Montmany

Una puerta oriental

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Si lo que quiere es conocer Vallés oriental, nada mejor que empezar por Figaró-Montmany. Porque igual que ocurre con las casas, donde para llegar al salón hay que cruzar primero el umbral, Figaró es la puerta de entrada a la comarca y merece que nos detengamos a conocer los secretos que custodian sus rincones, los parajes naturales que lo bautizan, la belleza y el toque artístico, propio del hombre, que guarda en su seno. Una oferta que comienza en el tren que nos transporta a sus zonas más agrestes y montañosas, como el Parque Natural del Montseny, reserva de la biosfera que incluye las aguas del río Congost; que se nutre de la memoria del Castillo de Montmany o Castillo de los Moros, de las torres novecentistas de Villa Pepita y Villa Rosa, o de casas modernistas como el Hotel Congost (hoy asilo), Can Mestre, Can Delgado, Can Gallart o Can Gambús. Un municipio que hace recuento de sus templos: iglesia de Sant Pere de Vallcàrquera, iglesia de Sant Cristòfol de Monteugues, iglesia de Sant Pau de Montmany y el santuario de la Mare de Déu de Puiggraciós. Al mismo tiempo, pasa lista a sus festividades: Fiesta del Pino, Fiesta de los Santos Patrones, Feria Una Ventana al Montseny y la Fiesta Mayor.

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