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Fregenal de la Sierra

Tierra de templarios

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Un pie rozando Sierra Morena, muy cerca del norte de Huelva, y el otro apostado junto a la frontera portuguesa. Parte de su cuerpo llegó a pertenecer al Imperio Romano, dando forma a uno de los municipios de la Bética, cuyos rasgos principales pueden intuirse hoy en el yacimiento de Nertóbriga. Poco después, los templarios se harían los amos y señores de la zona, dejando el testimonio de su presencia concentrado en la Plaza Mayor, en el castillo, con sus siete torres, y sus espectaculares añadidos: la iglesia de Santa María, la plaza de toros y el mercado de abastos. Las bellas casas solariegas, el regio Ayuntamiento y los templos religiosos, guardianes de los grandes tesoros de la villa, como el retablo mayor de la iglesia de Santa Ana y el techo mudéjar de la de Santa Catalina, contribuyen a que su casco antiguo sea considerado conjunto histórico- artístico y bien de interés cultural.
Éste es el lugar donde siempre apetece escuchar el rumor de las aguas del pilón de la Fuente de la Fontanilla, sentarse bajo el almendro que hay junto a la fuente María de Miguel a rememorar la historia de estos émulos de Romeo y Julieta cacereños, recorrer una ruta ornitológica a través del casco urbano y cambiar de siglo, visitando el convento de San Francisco, el colegio de los Jesuitas, el convento de las Agustinas y el santuario de Santa María de los Remedios. Una tierra que suena a tradición y se mece con los sones folclóricos del Festival Internacional de la Sierra, mientras el olor de los encinares y los dulces recién horneados lo invade todo.