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Fustiñana

Al calor de los vecinos

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En las faldas de las Bardenas Reales, como en medio de un paisaje lunar, se encuentra una pequeña ermita, blanca, sencilla, en honor a Santa Lucía. Este templo pertenece ya a Fustiñana, una pequeña localidad cuyo nombre parece venir de un antiguo poblado romano que se llamaba Villa Faustiniana. Hoy, después de haber vivido las guerras y conquistas medievales, al igual que el resto de la comarca, es un pueblecito tranquilo que toma el café o el aperitivo en las terrazas de los bares de la plaza de los Fueros y solamente parece alterarse durante las fiestas de agosto, en honor a los santos Justo y Pastor, con encierros, comidas populares, la verbena y el Riau Riau, y en las que celebran por su patrona, la Virgen de la Peña: en el tercer fin de semana de noviembre, el frío es ya intenso por aquí, pero los vecinos se reúnen en torno a una gran hoguera en el centro de la plaza, al calor del fuego y de la comunidad.

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