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Gata de Gorgos

Interiores de la Costa Blanca

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Gata de Gorgos no tiene playa y no la necesita; es un típico pueblo mediterráneo donde las bondades del clima agradan a las visitas que llegan y contiene uno de los interiores más bellos de la Costa Blanca. Encontramos grabados rupestres en Las Cuevas Rojas, en el valle que forma el río Gorgos, junto al barranco de La Canela. Entornos naturales como la Font de Mata o el de Paraje de La Rana se han convertido en tránsito de muchas rutas a pie o el bicicleta, y zona de descanso y recreo de los lugareños que acuden a pasar un día en el campo en fechas señaladas, como ir a comer la mona de Pascua, o por el simple placer de disfrutar de la cercana naturaleza.
Muy cerca del pueblo, en el montículo de Tossalet se eleva la ermita del Calvario, que guarda en su interior el Cristo del Calvario, una pequeña talla en madera que “llegó del mar” y goza de gran devoción entre los habitantes del lugar. Reproducciones del Cristo, con fama milagrera, se encuentran por las calles de la localidad, colocadas en pequeñas hornacinas para tenerle siempre cerca. Caminando por la plaza principal llegamos a la antigua iglesia de San Miguel Arcángel, que primero fue mezquita árabe, luego capilla cristiana y, más tarde, iglesia grande como correspondía tener a una villa que nacía independiente y crecía en población.
Gata de Gorgos es un pueblo agrícola que combina los cultivos de secano con la producción aceitera y vinícola. La uva moscatel es uno de sus frutos más reconocidos. Con ella elaboran el licor dulce de mistela y merece destacar que mantiene viva, desde hace cientos de años, una artesanía ligada a la mimbre, esparto o caña, materiales sencillos con los que fabrican muebles, capazos, cestos o alpargatas; productos con identidad propia por la que es reconocida no sólo en la provincia sino en el resto peninsular e internacional, pues exporta artesanía.

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