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L'Alfàs del Pi

El descanso del guerrero

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Estar frente al Mediterráneo no fue siempre el lujo que es hoy. Sí, era fuente de riqueza, de recursos y de comercio, pero dejaba a las poblaciones cercanas al mar expuestas a los atacantes. En el caso de L’Alfàs del Pi, el problema eran los piratas berberiscos, que aprovechaban todas las oportunidades que tenían para hacerse con los ricos recursos de sus habitantes. Por ello, había que protegerse y Felipe II, harto de esta situación, mandó construir unas defensas, de las que hoy podemos ver parte en la torre Bombarda. También se construyó más tarde el Faro de Alfaz, que avisaba a la población cuando se acercaban los problemas.

Pero esos tiempos han pasado y L’Alfàs del Pi, entre Altea y Benidorm, es un lugar que lleva el descanso por bandera. Incluso los romanos construyeron aquí una de sus famosas termas, donde disfrutar de las aguas frías y calientes. Hoy este municipio acoge a turistas de todas las procedencias para relajarse y contemplar el mar. Con actividades para todos los públicos, como festivales de teatro, jazz o música clásica, L’Alfàs del Pi celebra también su Festival de Cine, como un pequeño Cannes, a orillas del Mediterráneo.

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