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Leitza

Identidad y belleza

Pasear por Leitza es respirar tranquilidad entre sus paredes blancas y de piedra, sus balconadas de madera llenas de hermosas macetas y el verde brillante de la vegetación, que surge en cualquier rincón y envuelve este valle de Leizarán. Con una historia de siglos de antigüedad, esta localidad consigue mantener sus tradiciones y su amor por su tierra: se puede observar en el mimo con que trata su patrimonio, como la Casa Consistorial, de comienzos del s. XX; cómo honra a sus ilustres, como hace la estatua de Manuel Lasarte, el famoso bertsolari (improvisador de versos, como un rapero en una pelea de gallos, salvando las distancias); y cómo busca nuevas formas de reencontrarse con su territorio y tradiciones, como en el Peru-Harri, el Parque de la Piedra, donde se puede disfrutar y reflexionar ante las esculturas del harrijasotzaile (levantador de piedras) Iñaki Perurena, uno de los vecinos más ilustres de Leitza.

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