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El esplendor del pasado industrial en un gran museo
En el siglo XIX las fábricas textiles y siderúrgicas se instalaron a orillas del río Ter a su paso por Manlleu. Con ello empezaba una nueva era para esta población de la Comarca de Osona que, con los años, se consolidaría como una gran ciudad industrial. Hoy, aquel pasado se rememora en muchos de sus escenarios. La antigua Fábrica Can Sanglas alberga el Museu del Ter, con 1.500 metros cuadrados de exposiciones y un gran número de actividades para conocer el singular proceso de industrialización de este rincón de la Cataluña interior.
También Can Remisa, en las afueras de la población, acoge otra obra ligada a aquel pasado industrial: la Colonia Rusiñol, Cau Faluga, una joya del modernismo industrial que fue residencia del pintor, escritor y dramaturgo Santiago Rusiñol. A medio camino entre la colonia y la fábrica urbana, Can Remisa contaba con viviendas, una capilla, el economato, un hostal y una pequeña escuela. Desde la fachada fluvial se accede al centro de Manlleu por la antigua calle del Call del Ter y la dels Fabricants, que llevan hasta la Plaza del Pou y a la Iglesia de Santa María, con su imponente campanario, visible desde toda la ciudad. La parte baja de la villa tiene como centro la plaza novecentista de Fra Bernardí, junto a la que se encuentran otros importantes edificios de esta misma época.
/01_batch_ALF_3346.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "La chocolatería que embriaga la cuna del cava")
