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Sant Llorenç des Cardassar

La presencia de un pueblo

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Las islas Baleares brotan en el Mediterráneo como perlas habitadas, donde la luz y el azul del mar les marcan desde los tiempos inmemoriales. En la isla de Mallorca se encuentra Sant Llorenç des Cardassar. Hasta 70 yacimientos arqueológicos se concentran en las inmediaciones de este lugar, del que destaca el poblado talayólico de S'Illot, prueba de que sus orígenes se funden con los primeros orígenes de la civilización humana en estas tierras. No es hasta finales del XIX cuando se independiza de la vecina Manacor, bajo el nombre de San Lorenzo de Descardazar, que mantuvo hasta los años 50 y cambió por el que ahora lleva. Primero se dedicó a la agricultura y a la ganadería, pero, en las últimas décadas, el turismo es el principal motor que impulsa su economía. No llega a los 10.000 habitantes pero su población se incrementa notablemente en los periodos vacacionales y de descanso.
El turismo es la presencia continua de un pueblo que no renuncia a mantener su recuerdo. En la plaza, la iglesia de San Lorenzo mantiene activo el culto religioso desde el s. XVI. En otra plaza, la del Pozo Viejo, quedan los restos del antiguo abastecimiento de agua, que era punto de encuentro en la localidad. Una antigua locomotora está detenida definitivamente en la estación de trenes, un conjunto de tres edificaciones de principios del s. XX, cuando los raíles transportaban mercancías y comunicaban lugares y gentes. Todas estas imágenes evocan el pasado del pueblo y su presencia. El bullicio que anima sus mercadillos de jueves, de fin de semana, en Navidades… Cuenta el trasiego continuo que hoy tiene. Si decimos Cala Millor, Sa Coma o Punta de n'Amer, nombramos paraísos playeros que no debiéramos perder; al menos, recorrerlos una vez, para sentir la luz y el azul mediterráneo con toda su grandeza.

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