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Sant Vicenç de Montalt

Villa tranquila con aires de mar

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Sant Vicenç de Montalt es un pueblo tranquilo, rodeado de bosques de pinos y encinas, que respira aires marinos, tal es su proximidad al Mediterráneo. Esta población del Maresme conserva la estructura tradicional con edificios de los siglos XVIII y XIX que se construyeron en el entorno de la Iglesia de Sant Vicenç, de aspecto fortificado y que data del siglo XVI. En el núcleo histórico, situado a unos 2 kilómetros de la costa, se encuentran edificios y casas notables, como la Masía de Can Brunet, con una torre de defensa cuadrada, o la Casa La Mongia, con una torre medieval, así como varias torres de defensa como la de Can Saurí, el Castell de Ca l'Oliver y el Torreò del Baró de Can Valls, en el Parc dels Germans Gabrielistes. Este parque es un jardín encantador de casi 4 hectáreas con flora autóctona de la zona y ejemplares de árboles centenarios, muchos de ellos originarios de África, Asia y Australia, que fueron traídos por los sacerdotes gabrielistas desde sus misiones.

El pueblo disfruta de una fachada marítima de casi dos kilómetros de longitud donde se ubica el Paseo del Marqués de Casa Riera. Sant Vicenç de Montalt cuenta con el Museu del Pessebre de Catalunya, hito importante del pesebrismo catalán. A pesar de que el municipio vive esencialmente del turismo y tiene un importante número de segundas residencias, sigue mantenimiento su actividad rural con cultivos de guisantes autóctonos que dan pie a la celebración de unas suculentas jornadas gastronómicas. También son típicos los 'carquinyolis del Montalt', que acompañados con moscatel son un postre delicioso.

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