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Villarrobledo

El viñedo y la tinaja más grande

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Escenario de las andanzas de Don Quijote –en 'El Caballero del Verde Gabán', el hidalgo describe la casa solariega de Diego Miranda, a camino entre Villarrobledo y Minaya, donde se desarrolla la aventura de los leones–, lo que más llama la atención al llegar es comprobar que las tierras de Villarrobledo son cultivos de viñas en extensión. Caminando ya por su casco antiguo, se suceden las casas, los palacios, los conventos y las iglesias que se levantaron en la época de expansión y crecimiento noble del municipio, durante el XVI hasta mediados del XVII. Cruzando la plaza de Ramón y Cajal, aparece la iglesia de San Blas, una curiosa joya arquitectónica donde confluyen gótico, renacimiento y barroco. En la plaza de la Constitución se encuentra el Mercado Municipal de Abastos, de una inspiración neoclásica compartida por el Círculo Mercantil, antigua casa de los diezmos que se alza no muy lejos del mercado, al igual que la modernista fachada del Gran Teatro. Por sus calles no será raro encontrarse con tinajas, una labor artesanal dominada y trabajada a conciencia en esta localidad, que cuenta con el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera para conocerla más a fondo. 

Un recorrido en el que no falta el buen comer y unos Carnavales y una Semana Santa muy populares y que saca a relucir el Villarrobledo más tradicional y a la vez moderno, porque también es la sede desde 1996 del Viña Rock, el festival de rock alternativo con más solera del país. 

 

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