Catedral de Valladolid

Valladolid, Valladolid

Qué ver

Invita a hacer un simbólico camino de ascenso al cielo desde el ascensor de la capilla de San Andrés, pasando por el reloj de la catedral, donde se puede ver el carrillón de campanas, que ya no se tocan a mano, sino a través de un complejo sistema de aire comprimido. A la cúpula hay que subir por unas escaleras mecánicas, desde las que puede verse la estructura metálica que sostiene al Cristo que bendice Valladolid desde el punto más alto de la catedral, antes de acceder a la galería de la Torre, que ofrece la mejor panorámica de la ciudad. La catedral de Valladolid iba a ser la más grande de España cuando Juan de Herrera la proyectó en el s. XVI, pero sólo se construyó la mitad porque se ubica en terreno con desnivel que complicó las obras y porque Felipe II le dio prioridad a la construcción del Monasterio de El Escorial. Fue una colegiata gótica antes de convertirse en catedral de estilo herreriano sobrio, nada fácil de construir, que aún conserva huellas del trabajo de Churriguera. La torre, del s. XVIII, mantiene vivo el recuerdo de su hermana gemela, que se hundió en el s.XIX ante la fachada consagrada a la Asunción de la Virgen, que cobija las tres naves, separadas por columnas, que llevan al retablo del Altar Mayor, realizado por Juan de Juni. Atravesando la puerta de Santa María o por la puerta principal, ubicada en la calle Arribas, se ve la maqueta original del templo y se puede visitar el Museo Diocesano, lleno de obras de valor incalculable, como la Custodia de plata del Corpus Christi, de Juan de Arce, o el Ecce Homo, de Gregorio Fernández.