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Convento de los Agustinos Recoletos o Monasterio de Santa María

Marcilla, Navarra

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Si el Edén tuviera un sitio en la tierra, una de sus localizaciones sería el convento de los Agustinos Recoletos. Incluso este monasterio podría datarse del principio de los tiempos, pues se conoce que sus primeras piedras ya estaban allí en el siglo VII. Estas fueron reformándose con el paso del tiempo, 'ayudadas' por reyes como Sancho VI, el Sabio. Fue en esos momentos cuando el barroco y el renacimiento se enamoraron de sus muros, lo que ayudó a concebir un nuevo edificio de increíble belleza. El norte de Marcilla presenta este espacio rectangular dividido en el centro, tan clásico que podría partirse por la mitad en dos lados iguales. Dentro, el claustro es inigualable. La Naturaleza se ha encerrado entre los arcos, contrastando los verdes con el ladrillo de los muros que la cobijan. Sorprende el contraste entre la calma del exterior y del patio con el interior del monasterio. La paz se disipa entre los preciosos retablos neobarrocos del XIX para refugiarse en la iglesia, de ornamentación lineal y planos propios de un monasterio cisterciense. Un paraíso amparado por la Naturaleza navarra, donde no hay que morder ninguna manzana para darse cuenta de la increíble belleza que encierra.

Localización

Monasterio de los Agustinos Recoletos, 31340 Marcilla, Navarra