Ermita de Montemayor

Moguer, Huelva

Qué ver

De la céntrica plaza de Montemayor en Moguer a la ermita del mismo nombre, a las afueras del pueblo, se tardan apenas 10 minutos en coche por el camino que va paralelo al arroyo de Montemayor. A pie, aproximadamente media hora. Motivos para acercase a este santuario hay muchos, por su encanto y por la cercanía de la arboleda de eucaliptos, pinos y encinas que lo rodean. Precisamente en una de esas encinas es donde dicen que un pastor llamado Alonso Nuñez encontró una imagen de la virgen que había sido escondida allí varios siglos antes. Lo bueno, como suele ocurrir con las apariciones marianas, es que el lugar escogido para el milagro tiene unas vistas privilegiadas. Por ejemplo, desde aquí se puede divisar Moguer y buena parte de la comarca. Cierto es que el aspecto actual del monumento, amplio y varias veces remozado a lo largo de los siglos, no es el mismo que el de aquella primera pequeña iglesia del siglo XV. Hoy luce alegre, clara, campestre, con un patio que hace las delicias de todos los visitantes y un interior rico en imágenes, pinturas y orfebrería: la Virgen de Montemayor con sus andas de plata es un buen ejemplo. También lo es la talla policromada del Cristo de los Milagros, original del siglo XVI, y los dos frescos barrocos situados en el crucero que representan las imágenes de San Jerónimo y del Sacrificio de Isaac.