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Feria del Libro 2016

Ruta por Madrid para amantes de los libros

Actualizado: 05/10/2015

Madrid acoge su Feria del Libro y nos proponemos visitarla de una forma especial, dedicando un día al completo a descubrir no solo ése sino otros rincones de la capital impregnados de literatura. Porque las ciudades se pueden ver, oler, saborear… y también leer, o al menos descubrir cuanto allí se leyó y se escribió.

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Nuestro día arranca en el número 21 del Paseo de Recoletos, a solo cinco minutos caminando de la famosa Puerta de Alcalá, testigo impertérrito de las grandes historias han ocurrido en esta ciudad. Aquí se encuentra una cafetería centenaria, el Café Gijón, en cuyas mesas la literatura se ha debatido, reinventado y plasmado en libros que se han convertido en clásicos. Desde su fundación a finales del siglo XIX hasta nuestros días, los intelectuales han encontrado aquí refugio para departir con amigos o esperar la llegada de su ansiada musa: Valle-Inclán, Buero Barejo, Cela, Fernán Gómez, Manuel Alexandre, Gerardo Diego y hasta Arturo Pérez Reverte han contemplado Madrid desde los ventanales de este gran café.

Tomamos un tentempié (sus precios, por cierto, también hacen historia…) y, antes de emprender nuestra ruta, retrocedemos apenas unos metros para ver, en el mismo Paseo de Recoletos, la impresionante Biblioteca Nacional. La institución tiene más de tres siglos de historia y el edificio actual alberga más de 28 millones de publicaciones, puede visitarse los sábados a las 12 de la mañana o entre semana en diferentes horarios.

Vistas desde la azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Vistas desde la azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Desde aquí emprendemos nuestro itinerario bajando el Paseo de Recoletos hacia la plaza de Cibeles, donde no se habla de libros sino de fútbol. Y encarando la calle Alcalá, hacemos una pequeña parada para ver la ciudad desde las alturas, concretamente desde la terraza del Círculo de Bellas Artes. Hasta hace poco éste era un rincón casi secreto de Madrid pero en los últimos dos o tres años, y tras la instalación de un restaurante, podemos decir que no hay madrileño que no haya subido al Círculo para conseguir un buen selfie para su Instagram.

Con el recuerdo de las azoteas de la capital todavía prendido en la retina, dirigimos nuestros pasos hacia el sur, hasta el conocido como barrio de las Letras, llamado así por los innumerables escritores que se han afincado en esta zona desde hace siglos. Del Madrid antiguo solo quedan aquí los letreros de los negocios que antaño resplandecieron y ahora se han reformado para hacerlo de nuevo, ahora como restaurantes de vanguardia, tiendas arte o locales de decoración vintage. En la misma calle Zorrilla, si lo que nos gusta es lo verde, hay un exquisito vegetariano apostado en una antigua taberna: Al Natural.

Los clásicos, a nuestros pies

De nuevo hacia el sur, encontramos en la calle del Prado el Ateneo de Madrid, una institución privada que ha sido clave en la vida cultural madrileña, donde desde el siglo XIX se ha discutido sobre ciencia y arte. El Ateneo cuenta con una biblioteca en la que merece la pena entrar aun sin intención alguna de dedicar un solo minuto a la lectura. Parela a Zorrilla está la calle Cervantes, donde nos espera una grata sorpresa, la Casa Museo de Lope de Vega donde, gracias a un importante proceso de rehabilitación, podemos ver la casa tal y como era cuando la habitaba el dramaturgo durante los más de 20 años que vivió en ella. Su estudio, el oratorio, el comedor, el huerto y hasta su propia habitación se han recreado para transportarnos al ambiente en el que Lope escribió algunas de sus mejores obras.

Tras la visita, seguimos por la peatonal calle de las Huertas, donde a cada paso nos sorprende bajo los pies algunos de los versos más famosos de nuestra literatura, desde el “volverán las oscuras golondrinas…” de Gustavo Adolfo Béquer hasta “el lugar de La Mancha…” del que nunca quiso acordarse Miguel de Cervantes. Así, con la vista fijada en suelo y procurando esquivar a lectores callejeros como nosotros, emprendemos el camino hacia el parque del Retiro, donde nos espera celebra la Feria del Libro. La oferta gastronómica de esta calle es inagotable así que lo tendremos fácil para encontrar algo a nuestro gusto, entre las propuestas más interesantes, la Vinoteca Moratín (es imprescindible la reserva telefónica previa).

Calle Huertas, Madrid. / CC Flickr Omar Carbajal.
Calle Huertas, Madrid. Foto: CC Flickr Omar Carbajal.

Al final de la calle de las Huertas, justo al cruzar el Paseo del Prado, encontramos el Parque del Retiro donde este año más que nunca hasta el aire lleva impregnado el aroma a versos, a lírica, las letras... Y es que la organización de la Feria ha elegido como lema una cita de Belén Gopegui, “Porque no se imagina en el aire. Porque imaginar tiene que ver con hacer, con poder hacer”. Más de 350 casetas, 479 expositores, 63 libreros especializados, 56 libreros generales, 177 editores de Madrid y 147 de fuera de la capital, pondrán a nuestro alcance desde lo mejor de la literatura actual hastas los clásicos que han hecho historia.