El certamen lo tenía fácil para enamorar a su público porque la propia ciudad puso en sus manos un elemento extraordinario: su casco histórico. Así, sus calles empedradas, su muralla y su arquitectura medieval, antaño símbolo del Renacimiento, resurgían de nuevo como símbolo de la cultura, en este caso, para aunar a países del mundo entero a través de la música más ecléctica que cada año, desde 1991, ofrece Womad.
Del 5 al 8 de mayo
Womad, el festival que convierte a Cáceres en capital del mundo
