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Borredà

Pequeñas obras cumbre del románico

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Borredà forma un conjunto armónico de casas de piedra y calles pavimentadas con losas. Es un pueblo pulcro, pequeño y muy bonito. Emplazado en la comarca del Berguedà, su entorno natural disfruta de la cercanía de riachuelos, bosques de pinos y montañas en los que se puede practicar escalada y senderismo. El pueblo nació al amparo de la Iglesia de Santa María, del siglo X. Aún se aprecia parte de su génesis románica, a pesar de que en los siglos XVII y XVIII fue reconstruida.

El municipio posee otras joyas arquitectónicas como la Iglesia de Sant Jaume de Frontanyà, la construcción románica más destacada de la zona, considerada por sus proporciones y características (tiene un cimborrio único de doce caras), uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura románica catalana. También cabe mencionar la Iglesia de Rotgers, un pequeño templo románico de hechuras sencillas y delicadas y con un emplazamiento privilegiado rodeado de bosques.

Los atractivos naturales de Borredà no se quedan atrás. El Gorg de Salt es una poza de agua cristalina alimentada por una cascada de unos veinte metros de altura. También se pueden realizar excursiones por los frondosos bosques de los alrededores que esconden numerosos y agradables rincones.

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