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Gallegos

Serrana hasta los cimientos

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El carácter de serrano está tan impreso en el municipio que hasta las casas aprovechan las rocas para que les sirvan como pilares. Para muestra, un botón. Solo hace falta echar un vistazo a la iglesia de San Juan Bautista y contemplar cómo su campanario se asienta sobre una gran piedra. Un punto curioso para un bonito templo que no desentona con el coqueto pueblo que es una muestra viva de los tejados segovianos, que muestran solo las tejas de abajo para resistir mejor el peso de la nieve, tan habitual en esta zona.
Si su sencillez hace al pueblo especial, el entorno que rodea a la localidad convierte a Gallegos en un sitio extraordinario, empezando por el Roble de la Llaná, un centenario árbol, orgullo de sus habitantes y acabando por el puerto de Navafría a cuyos pies se ubica la villa. Entre medias, todo un abanico de posibilidades: parques, arroyos, pinares, una cañada real, un camino natural y otro que lleva hasta El Torregil, una torre románica que enseña el pasado guerrero del lugar. Y por encima de todo la imponente Sierra de Guadarrama.