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La Llacuna

Vestigios megalíticos en un entorno medieval

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Las pinturas rupestres de Valldecerves (3.500 a.C.), conocidas como la Roca Roja, y el sepulcro megalítico de Comallagosa son dos de los grandes atractivos del entorno de La Llacuna. El municipio, en la Comarca del Anoia, está dominado por la contundente fortaleza de Vilademàger erigida a finales del siglo X. La visión del castillo es sobrecogedora; las piedras se adaptan al relieve de la montaña creando un solo cuerpo del que sobresalen las torres y alguna que otra construcción. En el centro se encuentra la Iglesia de Sant Pere, también del siglo X, pero con reformas notables y ampliaciones hasta el siglo XVII. Del resto del recinto se puede seguir el perímetro de murallas, con varias torres semicirculares adosadas y el portal de entrada bien conservado.

Para continuar la visita por los vestigios medievales de La Llacuna conviene desplazarse hasta el centro del pueblo, donde se abre la plaza porticada con casas nobles, y descubrir los restos de las murallas y los portales de entrada. Una de las rutas más recomendables es la que recorre los senderos que hilvanan unas cincuenta fuentes de la zona. Destacan la de la Cuitora, con aguas diuréticas, la del Miramon y la de Cal Marquet, cerca de la masía del mismo nombre y al abrigo de la Iglesia de Sant Pere de Vilademàger. También es destacable la excursión hasta el roble monumental de Ancosa, con un tronco que mide más de cuatro metros de diámetro.

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