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Madremanya

Aferrada al pasado

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Naturaleza y silencio firman un matrimonio de conveniencia en este municipio alejado de los turistas masivos. Madremanya, formado por los núcleos de Millars, el Pedró, Bevià y Vilers, es comarcalmente Gironés, y su tamaño, pequeño, resulta proporcionalmente opuesto a la grandeza de su encanto. Pasear por aquí es pan comido, a pesar de las calles estrechas que abundan en su núcleo y lo difícil de conducir por ellas, con tanto ambiente rural y tanta apariencia del Medievo; pero comer es otra delicia que depara su oferta campestre. De visita inolvidable para los fans del arte y la historia, su nombre es un derivado del "mater magna", madre grande en latín. Sin prisas ni aglomeraciones, recorramos el casco antiguo precedido por la Iglesia de San Esteve y la Can Fel, entremos en la Capilla de Sant Iscle y Santa Victòria, y siguiendo con el resto del municipio, vayamos a ver el Castillo de Millars, en Mijares. Madremanya es sinónimo de belleza, entorno cálido, un segundo hogar. ¿Os lo vais a perder?

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