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Fósiles que hablan de mares inexistentes
No había tierra, sino mar. Resulta difícil pensar que las olas bañaron estos valles salmantinos. Sin embargo, no fue una utopía. Los fósiles encontrados en el parque natural de Las Batuecas-Sierra de Francia lo confirman. Esos restos, además de localizarse en el parque, se pueden apreciar incluso en las viviendas de la localidad de Monsagro y llegan a su máximo exponente en la fuente de la villa. Las antiguas aguas dieron paso a una tierra bella de pliegues montañosos sorprendentes. El río Alagón riega un entorno exuberante después de dejar atrás elevadas montañas. Ahora, se remansa en el Charco de los Mozos que constituye una opción ideal para refrescarse en verano. Mientras, la ruta del Vao es una propuesta de senderismo interesante que nos llevará a descubrir antiguos puentes y castaños centenarios. En las calles del municipio, la principal ola es la calma. Allí, se levanta la iglesia y el Museo Etnográfico y de la Cultura Tradicional y de la Caza. Este último es el principal centro expositivo de la población. Monsagro guarda en los fósiles su mayor secreto, pero son las montañas las encargadas de proteger este escondido valle.
/00.CasaPacheco.jpg.transform/rp-rendition-lg/image.jpg "El cambio de tercio de la cocina salmantina")
