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Orio

El sendero del peregrino de Gipuzkoa

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Sendero de pasos de peregrinos cansados… Así Orio se esconde entre aquellos que la conocen, ocultando su encanto, para que aquél que llegue hasta aquí exclame entusiasmado que parece un lugar imaginario sacado de El Dorado. Combina el encanto de ser el hijo de un río, situado en su desembocadura, con la costa del mar cantábrico, donde Antilla y Orizabar hacen de bellas playas para los oriotarras y los visitantes. Una más tranquila y otra bordeada de una verde montaña y de un camino de peñascos. El puerto deportivo de Orio regado por la ría, que marca los límites con Aya, ofrece una preciosa vista de las casitas de colores y tranquilas que alberga el casco medieval de la localidad. Un precioso centro de estilo medieval con calles subidas a las piedras, estremecidas unas de otras, advirtiendo a su incómodo paso el sendero de una belleza solo posible en el País Vasco. Una belleza que parte de la Calle Mayor, que nace en la iglesia de San Nicolas de Bari y nos indica el camino de los peregrinos, un lugar de paso en el Camino de Santiago,  gobernado por preciosas casas solariegas, entre las que destacan  edificios de los siglos XV, XVI, y en la que en una de ellas se esconde el Centro de Interpretación del Camino de Santiago. Entre los blasones, las calles laberínticas y la piedra arenisca se filtra el olor de Orio, de pescado a la brasa y del pez por excelencia que llena la ‘panza’ de oriotarras y visitantes; el besugo al estilo medieval, besugo de Orio.

No solo la caza de este pez es hito de este pueblo pescador, sino que los brazos fornidos de los otorrianos dan cuenta de una antigua y pasada tradición; la caza de la ballena, un pasado que actualmente deja su huella con las regatas de traineras en las que destaca su palmarés con la prestigiosa Bandera de la Concha de San Sebastián. Un pueblo de contrastes y sabores pesqueros que advierte a sus peregrinos de su encanto entre su ría, el mar y las empedradas calles, que más que un lugar de paso, un pueblo que bien podría ser El Dorado.

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