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Ribota

Atardecer en la ermita

Ribota se instala entre los municipios de Riaza y Ayllón. Con solo 40 habitantes censados, este pequeño pueblo está situado en un precioso entorno natural a los pies de la sierra. Sufre las consecuencias de la despoblación, como muchas otras localidades segovianas, aunque en verano y durante la celebración de las fiestas sus vecinos se multiplican. El río Riaza, a su paso por el prado del Concejo, cautivará al viajero. Un monte de robles y encinas lo cobija. También deleitará al visitante el arroyo del río Chico.

Ribota todavía conserva buena parte de su arquitectura tradicional: casas hechas con adobe y vigas de madera. La iglesia de San Juan Bautista Degollado, a la entrada del pueblo, tiene color rojizo por la piedra y el adobe. La pequeña ermita de Nuestra Señora de la Antigua, con numerosas pinturas de una artista de Riaza, fue construida con una piedra de color amarillento. Los vecinos en ocasiones contemplan la puesta de sol desde la tejera, bajo la ermita.

Es tradición que los residentes se junten en casas para tomar el vermú. Ribota existió antes a dos kilómetros del actual, en un lugar conocido como La Muela. Cuentan que cambió de ubicación después de un incendio.

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