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Viver i Serrateix

Un monasterio como joya indiscutible

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Este municipio del Berguedà, formado por tres núcleos y un puñado de masías, tiene en su término municipal varios hitos arquitectónicos de primer orden. El Monasterio de Santa María de Serrateix es su principal activo. Albergó a monjes benedictinos desde el siglo X hasta el XIX de forma ininterrumpida y está formado por el templo románico, con campanario gótico, el claustro neoclásico y las dependencias del monasterio con el palacio abacial gótico reformado en época barroca. Serrateix también alberga la antigua Iglesia de Sant Pere, un edificio prerrománico (siglo IX) de tres naves, del que todavía se pueden ver los arcos de los ábsides. Actualmente es la sede del Ayuntamiento.

Por su parte, Viver posee un impresionante testimonio de población de los siglos IX y X, el Castellot, una piedra redondeada de más de ocho metros que conserva unos agujeros que servían de encajes para introducir las vigas de una antigua fortificación. A sus pies se han encontrado varias tumbas antropomorfas excavadas en la roca. En Viver se encuentra también la iglesia románica de Sant Miquel, reformada entre los siglos XV y XVIII, y la Casa Vilanova, construida en 1917 en estilo modernista.

El último de los núcleos del municipio, Sant Joan de Montdran, tiene en su centro la iglesia, con una nave y ábside semicircular, en cuyo interior se conserva una cruz procesional y una talla de la Verge del Roser, ambas probablemente del siglo XVIII. Cerca del ábside hay varias tumbas antropomorfas (siglos IX-X).

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