Iglesia de San Juan Bautista

Argamasilla de Alba, Ciudad Real

Qué ver

Cualesquiera que sean las paredes que guardan los misterios de una de las mayores obras literarias mundiales y los de la fe han de ser, cuanto menos extraordinarias. Así es la iglesia de Argamasilla de Alba, un enigma constante. Su exterior sorprende por la belleza clásica y serena que destilan los muros cuando se está enfrente de ella. Sin embargo, si uno se asoma a través de sus puertas, aparece ante él un espacio interesante y original. Al aire libre y presumiblemente inacabado, un cielo de arcos, columnas y bóvedas se entrecruzan, mientras soportan las inclemencias del tiempo. Se cree que fue la falta de recursos lo que obligó a esta parte de la estructura a permanecer desnuda y bella. Un buen comienzo para una iglesia que sigue sorprendiendo desde su construcción a mediados del siglo XVI.
Una vez dentro se aúna la tradición gótica con los aires renovados del renacimiento italiano. Pero algo allí capta más la atención que sus bellos contrafuertes, o las columnas, los capiteles, o la nave salón monumental. Un secreto a voces grita desde el retablo e impide que se pose la mirada en cualquier otro lado. Es el cuadro exvoto de Rodrigo de Pacheco, un cuadro con ojos de loco. Esa extraña pintura fue donada cuatro años antes de que apareciera el Quijote y es el culpable de que se crea que Cervantes escribió aquí su obra maestra. En él aparecen dos figuras que rezan, la masculina es el mismísimo Pacheco, un marqués en quién podría estar inspirado el propio Don Quijote, ya que además de poseer una enfermedad mental se cree que fue el que encerró a Cervantes en la cueva de Argamasilla por los amoríos de este con su sobrina. Fue en esa cueva donde según la tradición Cervantes se vengó del cruel marqués convirtiéndolo en el caballero de la triste figura. Ni siquiera la iglesia de San Juan Bautista es capaz de escapar del Quijote, una historia que la viste de leyenda y le lega los enigmas cervantinos para que sea ella, otra de las bellezas de Argamasilla, quien decida resolver todo el misterio.