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Bocatería Chichalovers Apertura

‘Bocatería Chichalovers’ (Santiago de Compostela, A Coruña)

‘Chichalovers’: la diminuta bocatería que revoluciona Santiago de Compostela

Actualizado: 08/05/2025

Fotografía: Adrián Baúlde

En apenas un año y con poco más de 12 metros cuadrados en Santiago de Compostela (A Coruña), Grace y Darío han creado en la bocatería ‘Chichalovers’ un rincón único en la ciudad desde el que reivindican el mejor producto local a través de algo tan sencillo como los bocadillos.
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Santiago de Compostela es, desde hace siglos, una ciudad de estudiantes y de gente de paso, de viajeros y peregrinos de todo tipo, que con el paso del tiempo dieron forma a una cocina muy particular.

Bocatería Chichalovers Dario Capelo y Grace Castro
Darío Capelo y Grace Castro son los rostors detrás de este proyecto.

Mientras los grandes restaurantes se especializaban en platos más nobles, en la cocina de productos más costosos y en un recetario rico y contundente, en los barrios de la periferia surgían recetas más modestas, elaboradas con frecuencia con productos más humildes, pero que siguen siendo hoy emblemas de la cocina de la ciudad. Junto a ellos, se fueron popularizando otros formatos que permitían a los universitarios y a los viajeros con menos recursos consumir en las tabernas y bares de la ciudad. Es lo que ocurre con las tapas de cortesía que caracterizan a Compostela desde hace más de un siglo. O con los bocadillos.

Bocatería Chichalovers Grace con bocadillo
Eb 'Chichalovers' recuperan la tradición de bocadillos que dominó Santiago de Compostela en los años 70 y 80.

La edad de oro de ese formato llegó en los años 70 y 80 del pasado siglo, con más de 40.000 universitarios en una ciudad que rondaba los 90.000 habitantes. Locales como ‘O Rey do Bocadillo’, el ‘Raíces Galegas’ o el ‘Bar Coruña’ servían cada tarde sus especialidades por cientos y los estudiantes se agolpaban a su puerta hasta la madrugada.

Bocatería Chichalovers rixons y chorizo
Todos los bocadillos se elaboran con sus chorizos artesanos y sus chicharrones al estilo local, los rixóns'.

Tras unos años de declive, el formato de cocina entre panes renace en la ciudad. Y lo hace de la mano de una generación más joven, que lo actualiza y que demuestra su potencial en un mercado que busca bocados diferentes, pero con raíz local.

Del campo al bocadillo

Ahí es donde empieza la historia de ‘Chichalovers’, una historia que, en realidad, comienza lejos de su ubicación actual y mucho antes de que el local abriese sus puertas. Empieza en Santa Comba, un pueblo a unos 30 kilómetros de Santiago de Compostela, donde la familia de Dario Capelo dirige desde hace tres décadas una explotación ganadera.

Bocatería Chichalovers Darío y Grace en Cocina
El tándem se originó cuando Grace trabajaba en el merketing de la empresa familiar de Darío, cuyo origen es una explotación ganadera.

No hace muchos años, deciden abrir una carnicería propia en Santiago, una carnicería a cuya gestión se suma Darío, que llevaba años trabajando en logística en el sector alimentario. Nace así ‘A dos Capelo’, que en poco tiempo se hace un nombre a la ciudad gracias a sus chorizos artesanos y a sus chicharrones al estilo local: los rixóns.

Pronto empiezan a apiñarse frente a su puesto, además de los clientes locales, viajeros y visitantes que, atraídos por sus expositores, quieren probar el producto. Ahí empieza a crecerla idea de crear un espacio de degustación, un lugar que complemente la oferta de la carnicería y que permita hacerse con esos ingredientes ya listos para comer.

Bocateria Chichalovers mercado
Los ingredientes vegetales proceden de los puestos del mercado de Santiago de Compostela.

Así nace la idea de ‘Chichalovers’ y, ahí, se une Graciela -Grace- Castro, que ya trabajaba en la parte de marketing e imagen de la carnicería y que viene de una familia de hosteleros. La casualidad hizo que encontrasen un local con una ubicación estratégica: un rincón con la atmósfera de otro tiempo a las puertas del casco histórico, en plena Porta do Camiño, por la que el Camino de Santiago entra en la ciudad. Su experiencia en este mundillo hizo el resto.

Triunfar en la plaza más complicada

El local era diminuto, pero las oportunidades que ofrecía hacían que valiera la pena: no solamente se encuentra junto al paso de peatones por el que la mayor parte de los peregrinos acceden a la ciudad vieja, sino que está en el punto en el que se encuentran los grandes ejes gastronómicos de la ciudad. A un lado, la Rúa de San Pedro; al otro, la Praza do Matadoiro y Virxe da Cerca; enfrente, la zona del mercado. En total dos Soles Repsol, nueve restaurantes Recomendados por la Guía y cinco Soletes en apenas 300 metros a la redonda.

Bocateria Chichalovers queso
En el apartado quesero también triunfan referencias gallegas como Da Josefa, San Simón da Costa o Arzúa-Ulloa.

Pero, más allá de una buena ubicación, este tándem gastronómico tenía claro que necesitaba algo más, que quería diferenciarse y no ser una bocatería más, una de tantas que hay por la ciudad. Su intención era hacer bocadillos, pero a través de ellos trataban, también, de contar una historia.

Bocatería Chichalovers Panaderia
Sus vecinos de 'La Bulanxerí' son los proveedores de pan.

Por un lado se trata de una historia de tradición, de sabores de la memoria con orígenes en las aldeas gallegas, de reivindicación de la cocina tradicional, casera, de fuego lento. Ingredientes que los gallegos tenemos marcados en nuestro paladar como los chorizos, tal como se elaboran aquí, o los rixóns, esos chicharrones que no se parecen en nada a los castellanos o a los del sur y que tienen más que ver, quizás, con un pulled pork: cortes humildes y grasos de cerdo que se funden muy lentamente para que la carne se vaya confitando despacio en su propia manteca. Al acabar, el resultado se escurre y se consigue una semi-conserva de carne maravillosa, hebras suaves y aromáticas que funcionan bien por sí solas, pero que calientes y servidas en un pan son un auténtico tesoro.

Bocatería Chichalovers panes
Además del tradicional pan del país, también elaboran bocadillos con 'brioche'.

La otra parte de la historia habla de economía circular, de trazabilidad desde el campo al plato: ‘Chichalovers’ usa como base de sus bocadillos solamente chorizos y chicharrones de la carnicería familiar, que se encuentra a un par de minutos caminando y que, a su vez, se nutre de su propia explotación a un paso de la ciudad. No demasiados locales pueden presumir de lo mismo.

Proyectar la memoria gustativa

Todo esto necesitaba un envoltorio a la altura. Y ahí surge otro de los pilares de esta bocatería: su estética. Grace y Darío hacen una apuesta clara por lo tradicional, por aquellas cocinas cuyos azulejos con solera, que encontraron en un anticuario, recuperan; por los mandiles de las cocineras caseras gallegas, que han adoptado como señal de identidad; por los cuchillos en la pared, a la vista, como en las carnicerías de siempre.

Bocateria Chichalovers carniceria
La carnicería 'A dos Capelos' es el origen de toda la carne de 'Chichalovers'

Pero lo suyo no es replicar el pasado, sino proyectarlo hacia el futuro y convertirlo en atemporal. Por eso, todo se conjuga con neones, con música bien seleccionada y con gorras con el logotipo del negocio. ‘Chichalovers’ apuesta por una cocina casera que se reinventa y que se convierte en algo completamente nuevo.

Bocatería Chichalovers local
El interior del local apenas cuenta con una mesa y 12 metros cuadrados.

Por eso, con frecuencia, organizan presentaciones en las que la gente se apiña en la calle, haciendo cola frente a su ventana. Y por eso han convertido en un clásico de su oferta el Bocata del Chef, una propuesta efímera que cada mes encargan a un conocido cocinero gallego y por la que ya han desfilado nombres como los de Bego Vázquez (restaurante ‘O Regueiro da Cova’, Verín; Solete) o la parejas al frente de ‘A Artesa da Moza Crecha’ (Betanzos: Recomendado por Guía Repsol) u ‘O Secadeiro’ (Banzas, Outes; Recomendado por Guía Repsol). Si pasas por la Porta do Camiño y ves una multitud apiñada alrededor de un dj, a la puerta de un pequeño local, acércate, porque seguramente están dando a conocer su nueva colaboración y no deberías perdértela.

Saborear Santiago a otro ritmo

El resultado de todos estos ingredientes es una carta pequeña, pero llena de propuestas interesantes. Bocadillos para los que seleccionan el pan en obradores locales como ‘La Bulanxerí’, quesos autóctonos y verduras que cada mañana compran en el mercado y que combinan con sus ingredientes fetiche.

Bocatería Chichalovers Dario Capelo y Grace Castro comiendo
Darío y Grace son los primeros en probar cada nueva creación de 'Chichalovers'.

Así surgen combinaciones como el Maloserá, un bocadillo de chicharrones, manzana ácida y salsa de yogur con ajo y menta; el Trapalleiro, con chicharrones, coleslaw y queso ahumado de San Simón da Costa, o el Quedar como un Pepe, a base de chicharrones, chorizo y queso de Arzúa-Ulloa gratinado en pan compostelano. Bocados para llevar que puedes disfrutar, si te animas, en los vecinos parques de Bonaval o de Belvís, viviendo la ciudad a otro ritmo.

Bocatería Chichalovers mosaico
La estética del local y los objetos de merchandising son una de las señas de la bocatería.

Junto a ellos, los bocadillos del chef, como el que el cocinero Iván Domínguez (‘Nado’, A Coruña; 1 Sol Guía Repsol) diseño a base de chicharrones, grelos, salsa gribiche y queso de Arzúa-Ulloa. Y, por si con esto no hubiera suficiente, acaban de actualizar la carta con propuestas nuevas, bocadillos que homenajean a aquellos que, en Galicia, todos hemos tomado alguna vez en casa: el Baurú de Vovó, que preparan con chicharrones, lacón y el cremoso queso Da Josefa a la plancha, o el O de Sempre!, que lleva chicharrones, lechuga, tomate, queso San Simón da Costa fundido y mostaza.

Bocatería Chichalovers carta
La carta de 'Chichalovers' es corta, pero todas las referencias resultan interesantes.

Pero si quieres más, hay más. Porque desde hace unos meses el equipo ‘Chichalovers’ se desplaza. Así que puedes encontrártelos sirviendo sus especialidades en algún concierto de la vecina Sala Capitol, en un partido del Obradoiro, el equipo local de baloncesto, o en alguna fiesta en los pueblos cercanos. Si hay buen ambiente, hay bastantes posibilidades de toparte con sus chicharrones metidos en un pan.

Bocatería Chichalovers puerta
Si se pasa por la puerta de 'Chichalovers', resulta obligado pararse a hacerse una foto y dejarse cautivar por el aroma.

Todo esto desde un rinconcito discreto a la puertas de la ciudad histórica, con una única mesa y muchas ganas de hacer las cosas de una manera diferente. Pocas veces 12 metros cuadrados dieron más juego.

‘CHICHALOVERS’ - Aller Ulloa, 5. Santiago de Compostela, A Coruña. Tel. 881 97 82 71.

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