{{title}}
{{buttonText}}
Gamba blanca Aleia

Restaurante ‘Aleia’ (Barcelona)

Otro lujo es posible

Actualizado: 09/06/2022

Fotografía: Manu Mitru

El nuevo restaurante 'Aleia' (1 Sol Guía Repsol), del exclusivo hotel 'Casa Fuster' de Barcelona, apuesta por un lujo gastronómico que marca distancias con lo de siempre. Una cocina apegada a la temporada en la que la sala y el maridaje suben el nivel de una experiencia que deja poso en la memoria.

Compartir

Aunque adalides del apocalipsis digan lo contrario, el lujo tiene toda la pinta de sobrevivir a la covid, a Putin y a lo que se le ponga por delante. ¿Qué lujo? Eso está por ver. Espero y deseo que no sea el basado en la ostentación, el hortera, sino un lujo más comedido, discreto, protestante y meditado. Si fuera así, ‘Aleia’ sería un perfecto restaurante para celebrarlo porque ahí lo exquisito y lo arriesgado forman un tándem que resulta en una cocina y una servicio de sala y sumillería que escapan a viejos esquemas.

Rafa de Bedoya
Rafa de Bedoya es quien ejecuta con maestría la carta diseñada por Paulo Airaudo para 'Aleia'.

Ojo, no se trata de una cocina efectista ni de una sala enrollada. Las cosas están muy medidas y las alforjas, bien pertrechadas. Paulo Airaudo, chef argentino afincado en el donostiarra ‘Amelia’, es el responsable final de una cocina que ejecuta en el día a día Rafa de Bedoya, joven cocinero jerezano que ha pasado por ‘Cenador de Amós’ (3 Soles Guía Repsol), ‘DSTAgE’ (3 Soles Guía Repsol), ‘El Celler de Can Roca’ (3 Soles Guía Repsol) y ‘Lú, Cocina y Alma’ (2 Soles Guía Repsol). En esta última casa, además, ejerció como jefe de cocina. Ese bagaje, esas salsas refinadas y la actualización andaluza, se notan.

Ostra del Sol Aleia
La ostra, criada en el Delta del Ebro, se acompaña de una 'gelée' de 'dashi' y un vinagre de cerezas afrutado.

Sala y maridaje suben el nivel

En ‘Aleia’ se ofrecen dos menús. El más asequible, una suerte de menú ejecutivo elevado a la enésima potencia, sale por 90 euros; y el más completo, por 120. Ambos se pueden complementar con dos maridajes, a 60 y 90 euros adicionales respectivamente. Comí el menú largo, tomé el maridaje corto y me puse en manos de la jefa de sala, Paula Miguel Rivero, quien encarnó el sentido más redondo de la hospitalidad, y del sumiller Sergio Viñolo, quien ejerce con elegancia en las formas y atrevimiento en el fondo.

Restaurante Aleia Casa Fuster
El salón del hotel 'Casa Fuster' en el que se ubica el restaurante es el ejemplo del lujo sin estridencias.

Los quince pases del menú sólido están sometidos a la temporalidad de los alimentos, afortunadamente, así que para no fatigar ni generar expectativas que solo se cumplirán unas semanas al año, reseñare lo más sabroso; aunque todos los platos fueron de altísimo nivel.

Rosa restaurante Aleia
Las láminas de 'hamachi' crudo y rábano sandía se emplatan como una rosa bañada por agua de tomate.

El menú empezó con una Ostra del Sol, cultivada en el Delta del Ebro y expuesta a la luz solar unas horas al día, de ahí el nombre. Estaba aderezada con gelée de dashi y un vinagre de cerezas afrutado y de afilada acidez. Fue un muy buen inicio que Viñolo decidió acompañar con Le Bénefice, una chardonnay de Languedoc-Roussillon vertical y directa, que incidía en el aspecto aperitivo del plato.

Equipo Aleia
La coordinación del equipo de cocina de 'Aleia' da unos resultados impecables.

Protagonismo marino

Le siguió una gamba blanca de Tarragona con las que de Bedoya homenajea a las de Huelva, su costa, con crema de raifort y aceite de perifollo. La carne del crustáceo, apenas cocinada, tenía el tacto aterciopelado de cuando está muy bien trabajada. Sorprenden, por el precioso emplatado que imita el cáliz de una rosa recién abierta, las láminas de hamachi crudo, cortadas como en un tiradito, y rábano sandía, crocante y sabroso, aliñadas con una sabrosa agua de tomate.

Rape restaurante Aleia
El rape se acompaña de 'beurre blanc' de 'suquet' y vegetales y trufa de temporada, en este caso, espárrago blanco y trufa 'bianchetta'.

En otro homenaje a su tierra, esta vez al recetario malagueño, se presenta un salmonete soasado a la llama sobre un gazpachuelo de anchoas y mejillones que está soberbio; así como el plato que le sigue, un excepcional rape asado con una salsa beurre blanc cítrica, trompetas de la muerte y la ultimísima trufa negra de esta temporada. Ambos pescados se acompañan de La Bandida, una treixadura voluminosa y cítrica criada sobre lía.

Salmonete Aleia
El gazpachuelo de anchoas y mejillones resulta tan sabroso como la carne del salmonete.

Un menú inteligente

Hasta aquí la proteína principal ha salido del mar, lo que aligera al comensal. Pero las carnes aparecen. Primero: alitas de pollo deshuesada, confitada, marcadas en mantequilla, con un crujiente de su piel, demiglace de los huesos y acompañadas de un mollete preñado de su paté.

Alita de pollo Aleia
La alita de pollo se deshuesa y confita y se sirve con 'demiglace' de los huesos y un mollete preñado de su paté.

Excepcional plato en el que se aprovecha casi todo el ave y al que le sigue un pichón de cocción excelsa con una interpretación de las espinacas a la catalana. Aquí el sumiller elige una inmejorable bobal de elaboración natural, hecha por Bodegas Cueva en Requena, que ensambla fluidez y longitud. Vino mediterráneo que no quiere avasallar.

Maridaje restaurante Aleia
Se pueden elegir dos maridajes para el menú degustación: el corto, de 60 euros; el largo, por 90 euros.

A partir de aquí, los postres, entre los que llama la atención el que sucede a la parte salada y que funciona como bisagra: caviar, aguacate y nata quemada, combinación insólita y ganadora. Muy rico, también, la versión del mel i mató con “miel” de boniato.

Pichón Restaurante Aleia
El pichón, con un punto de cocción perfecto, se emplata sobre una interpretación de las espinacas a la catalana.

Cuando termina, el menú me parece inteligente, culto, preciso, elegante y con una puesta en escena arriesgada. Más producto marino, menos carne, vinos naturales pero, eso sí, manteles blancos y profesionales muy, muy preparados. Quizá esta nueva generación nos plantee que el lujo no es, únicamente, sinónimo de caro.

Postre caviar restaurante Aleia
El postre caviar, aguacate y nata quemada sorprende por su gusto y combinación de sabores.

‘ALEIA’ - Passeig de Gràcia, 132. Barcelona. Tel. 935 02 00 41.

Te puede interesar