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Blanes

Blanes, los secretos de la puerta del mar

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Un lugar único, capaz de adaptarse a los tiempos actuales sin olvidar su pasado. Un pueblo de pescadores con una gran lonja y casas blancas que suponen el contrapunto a la burguesía catalana con sus mansiones señoriales, decimonónicas y sus jardines a orillas del Mediterráneo. El punto más alto de la ciudad es una montaña con nombre de santo, San Juan, y permite revivir cada tejado de Blanes como un gato que se sienta tranquilo a observar y donde la foto es inmejorable. Allí, el castillo, que tuvo tiempos mejores, espera al visitante, desnudo, con una torre de vigilancia, empeño de un pasado de piratas y corsarios para vigilar más atentamente la ciudad. Desde este mirador, actualmente se pueden observar las costas de Blanes como la playa de Santa Anna, de arena dorada, y que supone un lugar en el que los más atrevidos podrán poner en práctica sus nociones de submarinismo. Otro secreto ha escondido esta pequeña ciudad...Una selva se haya en Blanes en forma de jardín botánico "Marimurtra" que además da acceso a otra de las playas que conforman este lugar, Sant Francesc, preciosa cala rodeada de pinos, ambos lugares de visita obligada.

El fuego impone en este lugar otro de sus misterios, siendo Blanes en una fecha al año capital de luces, ruido y color, con el mayor concurso de fuegos artificiales de Europa, espectáculo que recibe más de 500.000 visitantes y que ilumina por unos días del año los secretos de Blanes, los secretos que se esconden tras la puerta del mar.
 

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