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Herreruela de Oropesa

El poder de la arquitectura tradicional

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Pueblo pequeño que casi se escurre de la provincia de Toledo hacia la de Cáceres, lugar en el que el viajero encontrará multitud de cántaros, romanas, cuartillos, cestos, tinajas, alcuzas, jarras… No estarán estos utensilios desperdigados por las calles, sino en el museo etnológico de la localidad, buen sitio para empezar la visita y comprender el pueblo y su espíritu (los sábados, de 11.00 a 13.00). Luego, aunque a primera vista parezca que no, merece la pena recorrer sus calles retorcidas porque en ellas esperan al visitante algunos edificios de interés. El ayuntamiento es uno de ellos, de 1907, muy representativo de la arquitectura tradicional, con el primer piso de mampostería y el superior de fábrica de ladrillo revestido en parte. Llamará más la atención la iglesia de San Ildefonso: un templo de piedra del siglo XVI de planta de cruz latina, con atrio, espadaña de tres huecos y una galería porticada en un lateral.

Luego la arquitectura civil ofrece algunas muestras curiosas, como las antiguas casas de maestros (primer tercio del siglo XX), el edificio de la calle Puentezuelas, 4 (con una extraña y simpática evolución arquitectónica) o el edificio de la calle Chorrera, 34 (con un mirador llamativo y un sorprendente aire taurino en su fachada).

A las afueras del pueblo, otros tres puntos de interés. Por un lado, el calvario de piedra, uno de los más valiosos de la comarca, que remata un viacrucis que recorre el pueblo; por otro, el abrevadero, con una vasa de piedra y elementos hidráulicos en los alrededores; y por último, la ermita de San Isidro, una rareza arquitectónica construida en madera y semiexcavada en el monte.

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