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Lezama

Señorío en el valle

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Lezama hunde sus raíces en el Medievo y las extiende gracias a la ruta Xacobea, de la cual forma parte como etapa del llamado Camino de la Costa. ¿Cuántos peregrinos habrán buscado el reposo de final de etapa en estas tierras?  Muchos. Y, de hecho, lo continúan haciendo gracias al albergue de peregrinos que allí existe. Es cierto que Lezama es destino de interior, pero también es verdad que las aguas Cantábrico quedan a menos de 30 kilómetros, lo que amplía el abanico de posibilidades del viajero que decide parar en esta bonita localidad vizcaína del valle de Txorierri. Alrededor de ella, arroyos, montañas y un paisaje que invita al paseo. Y en sus calles, casas solariegas de origen medieval, como la Torre de Lezama, y tradicionales caseríos, como el de Goitizuri, que le dan ese encanto tan característico de esta zona del País Vasco. La historia de este pueblo también aparece reflejada en la piedra de la iglesia parroquial de Santa María. Y no solo porque en sus muros hayan dejado huella gótico y barroco, sino porque su pórtico ha sido durante siglos escenario solemne de reunión de los regidores de las comunidades del municipio. La solemnidad da paso a la alegría en esta villa en múltiples momentos del año. Por ejemplo en la primera quincena de septiembre. Entonces confluyen las fiestas de San Antolín, de la Andra Mari  (Virgen María ) y de la Cruz. Una excelente excusa para acercarse entonces a disfrutar del paisaje, el patrimonio y la gastronomía lezamarras.

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