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Playa de Muriola

Barrika, Bizkaia/Vizcaya

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No pasa desapercibida, ni siquiera para Hollywood. Su irreverencia y rebeldía ha llamado la atención de todos los amantes del riesgo y la belleza. Ella es difícil de coger, como todo lo que merece la pena. Rompedora para su época, Muriola fue la playa que fraguó los primeros pasos del ‘Movimiento Naturista’ en Bizkaia. Ama el Cantábrico, la Naturaleza y la roca, aunque no se decanta por ninguna, disfruta sola meciéndose en las olas. La llaman también playa de la Cantera, por su extraña formación silícea que tiñe la arena en diversos tonos marrones. Libre como el viento, no tiene servicios, ni turistas con neveras, ni toallas ni tortilla que la abrumen, solo rocas escarpadas que la convierten casi en intangible. Peñascos como el de San Valentín ayudan a ocultarla de miradas indiscretas cuando los aventajados nudistas se tuestan en su arena. Es una playa diferente, extraña y enigmática, capaz de enamorar hasta a las productoras de cine.