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Noez

El pueblo que creció gracias a los Niños

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Las primeras referencias de Noez se remontan al siglo XII, época en la que se menciona a don Hernando Niño, regidor de Toledo, como primer señor del pueblo. Y su apellido no se cita por casualidad: entre sus sucesores están don Pedro Niño de Ribera y doña María Niño de Ribera, esposa de un secretario de los Reyes Católicos. Familia importante, en todo caso, parte fundamental en la historia del pueblo. Su vivienda, hoy conocida como Casa Palacio de los Niños, fue el núcleo en torno al cual creció Noez en la Edad Media. Hoy es la muestra palpable del pasado señorial de la localidad. Se trata de una imponente construcción en aparejo toledano, monumento principal del pueblo (de propiedad privada) que guarda en su interior obras de Juan Ruiz de Luna, prestigioso ceramista del siglo XIX. La iglesia de San Julián, construida con aparejo toledano en el siglo XVIII, también cuenta con la aportación del ceramista. Suyo es el zócalo del presbiterio.

La artesanía en forja de hierro es otro de los elementos que llaman la atención en el pueblo, dedicado a este arte durante mucho tiempo. Hay dos talleres a las afueras de Noez y muchísimos ejemplos en las puertas y ventanas de sus casas.

Una vez recorridas las calles del pueblo, el mejor colofón es subir al pico de Noez, a 1.034 metros de altitud. El acceso es fácil en coche y más duro en bici o a pie, con el premio, eso sí, de las impresionantes vistas que se disfrutan arriba.

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