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Valdeverdeja

La elegancia de la piedra, el pulso del Tajo

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Valdeverdeja es uno de los pueblos más occidentales de Toledo, abrazado por el Tajo y por la provincia de Cáceres, arropado todavía por su propia esencia medieval. Sus calles y callejas se retuercen sobre sí mismas, en cualquier rincón aparece una pequeña plaza pavimentada en piedra, en todas partes se conservan casas tradicionales de mampostería y sillares en las esquinas.

Todo gira en torno a la preciosa plaza Mayor, empedrada y señorial, presidida por el espectacular ayuntamiento del siglo XVIII y sus diez arcos de medio punto sostenidos por columnas dóricas; arriba otros tantos ventanales con balcón. A escasos 200 metros de allí encontramos la iglesia de San Blas (siglo XVI) y, al lado, la Casa del Curato. De todo el conjunto urbano (donde destaca también la curiosa Casa del Arco, del siglo XIX, Bien de Interés Cultural) se obtienen unas magníficas vistas desde la ermita de los Desamparados, al sur del caserío. La ermita tiene en su fachada un bonito frontón rematado por la espadaña, y en sus proximidades se conserva un Calvario de granito.

Fuera del casco urbano, aparte del antiguo palacio de Bercenuño, es el Tajo el que marca el paisaje y el pulso medioambiental del municipio: un paseo por la ribera regala un entorno espectacular al visitante y lo acerca a varios molinos de cubo y a las aceñas de los Capitanes y de los Rebollos, sin olvidar, por otra parte, que al sur del casco urbano están los Pozos Nuevos, lugar declarado Bien de Interés Cultural: allí se localizan más de cien pozos y sus correspondientes pilas para lavar. Todo el entorno del río, a su paso por el término de Valdeverdeja, está incluido en la zona de especial protección para las aves ‘Ríos de la margen izquierda y berrocales del Tajo’, donde se combinan una frondosa vegetación mediterránea de encinas y acebuches con impresionantes berrocales graníticos.

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