Nuestra Señora de las Nieves

Lanestosa, Bizkaia/Vizcaya

El día 5 de agosto, las calles y plazas medievales de la localidad vizcaína de Lanestosa engalanan sus paseos y viviendas para conmemorar la festividad de Nuestra Señora de las Nieves, jornadas que impregnan en el ánimo de los vecinos no solo la alegría de la celebración litúrgica, sino también la iniciativa más lúdica desarrollada en numerosas actividades compiladas durante los ochos días que duran los festejos.
El acto que congrega mayor número de asistentes es el que protagonizan los dantzaris el día en el que se rinde devoción a la Virgen en la procesión que recorre las vías de la villa, atestadas de personas que ensalzan con su admiración y reconocimiento la curiosa danza de los arcos floridos. Los bailarines, siempre varones y en número impar, con vestimentas blancas rotas por el rojo de cintos y pañuelos al cuello, desarrollan una vistosa disciplina de pasos ancestrales y tonos aflautados, el que confieren los 500 años de tradición histórica. Situados en dos filas, el danzante sostiene la punta del arco del compañero anterior, al tiempo que hace lo mismo con el alambre del dantzari posterior, de forma que los participantes quedan enlazados dibujando una sucesión de formas ondulantes vestidas de cenefas de seda que trazan policromías de colores.
Las fiestas recorren todos los rincones del pueblo con sus pasacalles y cabezudos, verbenas y talleres infantiles, disfraces y acciones deportivas, coronando la espectacularidad con las exhibiciones de los barrenadores que evocan la difícil tarea de picar recias piedras con lanzas de acero, tal y como era costumbre en las extracciones minerales en tiempos remotos.