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Alcolea de Tajo

La huella de los vetones a la orilla del río

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Alcolea de Tajo es un pueblo y cuatro a la vez, situado en el límite occidental de Toledo, ya tocando con Cáceres. La comarca a la que pertenece es la Campana de Oropesa, y el municipio lo forman los núcleos de población de Alcolea de Tajo, El Bercial, El Bercial de San Rafael y Vistalegre. Y en el pasado pertenecía al territorio de Alcolea lo que hoy es El Puente del Arzobispo, localidad que creció con la construcción del puente sobre el Tajo y terminó adquiriendo personalidad administrativa propia. El río, por cierto, está a un paso de Alcolea, como bien marca el nombre. En poco más de veinte minutos de agradable caminata se alcanza la ribera, excelente lugar para el paseo y la vida contemplativa.

También en el casco urbano hay motivos para recorrer las calles. El viajero debería buscar, por ejemplo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XV. Se trata de una magnífica representación del gótico mudéjar, construida en aparejo toledano (mampostería y ladrillo) y con una alta torre de cuatro pisos con una veintena de vanos de arco de medio punto, algunos con campanas. En el interior, además del artesonado de madera, destacan un Cristo crucificado apodado el Gringo (siglo XVIII) y una pila bautismal del siglo XII labrada en piedra.

Fuera del pueblo, cuatro lugares llaman especialmente la atención. Por un lado está el puente de las Cañadas, de un solo ojo y gruesa sillería, situado en la Cañada Real Leonesa Oriental. Por otra parte, el yacimiento del cerro de la Mesa, cerca de la presa del pantano de Azután, acoge restos de un poblado vetón (siglo II a.C.). Además, en El Bercial, se conservan dos verracos vetones esculpidos en granito. Y por último, al norte de Alcolea, la ermita de Nuestra Señora de Bienvenida muestra su exquisito aspecto exterior, con una enorme galería porticada encalada, y un excelente artesonado en el interior.

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