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La Estrella

Un dolmen en la comarca de la Jara

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A la entrada del pueblo desde la carretera CM-4100, el mosaico de azulejos que adorna el viejo pilón manda un mensaje claro: “Bienvenidos a La Estrella. Jara, dolmen y folklore”. Folclore porque se trata de un pueblo que mantiene vivas algunas de sus tradiciones, como la fiesta de la Matanza (con música y comida popular) o la de San Antón, que se celebra con una gran hoguera en lo alto de La Cuerda. Dolmen porque a las afueras se conserva el de la Aldehuela. Situado en el paraje que le da nombre, es de los llamados de corredor. Al final tiene la cámara funeraria circular con triple anillo concéntrico. El corredor mide casi ocho metros, y el anillo exterior, siete. Parece que su construcción data de unos 3.000 años antes de Jesucristo. Y Jara por la comarca en la que se encuentra el pueblo, en un paisaje de monte bajo con jaras, tomillo, retamas, espinos y otros arbustos.

Pero La Estrella ofrece al visitante, en sus calles, otros lugares de interés. Como la portada de la Casa Rectoral, del año 1756, o la portada con un escudo de la Orden de Calatrava que se aprecia en una casa de la calle Altozano.

En un paseo por el pueblo, de calles estrechas, pueden verse además construcciones de pizarra, muy habituales en otra época. Y a la entrada de la localidad, se levanta la señorial iglesia de Santa María de la Estrella, del siglo XVI, con una bella puerta principal recubierta por un portalillo rodeado de arcos. En el interior, destacan un retablo gótico con una magnífica talla de la Virgen de la Asunción, un artesonado mudéjar, tres lápidas sepulcrales del siglo XVIII, pila bautismal de piedra de grano y una Cruz de Calatrava. Hay otro templo de interés, situado en este caso en el barrio de Fuentes, a unos tres kilómetros y medio de La Estrella. Está construido en fuertes sillares de piedra granítica.

Y en los alrededores del casco urbano aún quedan otros puntos de interés. Por un lado, las pilas graníticas, agrupadas en torno a un pozo y usadas como abrevadero o lavaderos públicos; hay varios ejemplos. Y, por último, el puente sobre el río Uso, construido en el siglo XVI cerca del Cerro de Cabeza del Conde.

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