Iglesia de San Pedro

Viveiro, Lugo

Qué ver

Se aleja de la ciudad como un secreto que no quiere ser desvelado. Aprovecha las verdes praderas para albergar su poderosa sencillez de iglesia modelo. Humilde, no le gusta hacer alardes de estilos, en el fondo le da vergüenza que la miren. La cubre, algunos días, con el ganado que pasta por las verdes praderas de alrededor y los amaneceres del bello cielo lucense. Sin embargo, es difícil que por mucho que se aleje de Viveiro, la iglesia de San Pedro consiga pasar desapercibida. Ella es el ejemplo románico de la villa. Una belleza contenida en la simpleza y en el voto de humildad que ha hecho con los siglos. Es una de las iglesias mejor conservada por el tiempo, incluso de las más antiguas de la villa; la mayoría de las piedras que componen el templo actual pertenecen al XII, aunque ya se habla de ella mucho antes en el siglo VI; todo un bien de interés cultural. Si su exterior ya parece una escultura bellísima, el interior alberga muchos más secretos. Una colección de tallas se halla bajo el techo a dos aguas presidido por la espadaña de granito. Allí, el románico deja el voto de humildad y aparece el neoclásico y el barroco más elegante y sofisticado entre el retablo y los laterales. Ellos son el orgullo de esta iglesia que luce el mejor románico gallego en sus muros. Eso sí; a las afueras de Viveiro, no vaya a ser que todo el mundo la admire y al final se ruborice.