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La desaparición de un niño de doce años, Will Byers, en Hawkins (Indiana) marca el punto de partida de esta serie ambientada en los años ochenta. Una niña con poderes telequinéticos será la que ayude a la panda de amigos de Will a resolver el misterio. Escenarios tan ingenuos que excitan la imaginación y en los que la naturaleza se transforma en actor principal. Enciende el walkman, ponte los cascos y escucha su fantástica banda sonora de clásicos ochenteros, mientras te adentras en ellos. Aviso, puede haber spoilers.
Los protagonistas de la serie suelen pasear por una vía abandonada que cruza los bosques que rodean su pueblo. Escoger una vía verde española hubiera sido lo más fácil. El inconveniente es que en estos trazados ferroviarios abandonados solo persiste la plataforma, las vías han sido retiradas.
El viejo tren de Navaleno aún las conserva, transitando además por espesos pinares, igual que en la serie. Hace un siglo, este ferrocarril quiso unir los puertos de Santander y Sagunto, el Cantábrico con el Mediterráneo, a través de 720 kilómetros de traqueteo y carbonilla. Se construyeron algunas partes, como esta de Soria, aunque no llegó a completarse. De aquel sueño solo quedan las vías, dos renglones de acero por donde solo caminan excursionistas y buscadores de setas.
No hay campos de calabazas con un mínimo interés para su visita en España, pero había que encontrar uno por su importancia en la serie. Lo enlazamos con lo más parecido que tenemos por aquí: la famosa feria navarra consagrada a las cucurbitáceas y que se celebra a principios de septiembre: la Feria de Calabazas Gigantes de Valtierra, que está considerada una de las más importantes del mundo.
Además de aperitivos, bailes de gigantes y actividades infantiles, destacan los concursos anuales de calabazas, con ejemplares que superan los 800 kilos, como la vencedora del celebrado en 2017, que despertaría los deseos de la mismísima Cenicienta para convertirla en el carruaje que utiliza a partir de medianoche.
Del campo de calabazas y las superficies de la tierra a las cuevas que se extienden bajo sus surcos. El amplísimo catálogo de cavidades de nuestra geografía abunda en ejemplos que podrían parecerse a la cueva donde acontecen los tremendos sucesos de la serie norteamericana y donde Hopper pasa uno de sus peores momentos.
Nos decidimos por esta espelunca cántabra, la cueva El Soplao, situada en la Sierra de Arnero. Aparte de ser una de las más espectaculares de Europa, su historia es de gran interés. Se descubrió gracias a la actividad minera y su interior puede visitarse. La primera parte de la gruta recorre una vieja galería, hasta las cavidades naturales donde se extiende un universo de estalactitas, estalacmitas, coladas, banderas, columnas y extrañas formaciones como cristales de calcita y estructuras de aragonito, que adoptan las más extrañas formas.
Es bastante complicado encontrar en nuestra geografía un equivalente a la tenebrosa construcción que aparece en Strangers Things. Esta central nuclear abandonada desde 1985 en el litoral vizcaíno es lo más parecido al laboratorio de Hawkins.
El paso a su interior está prohibido. Los viejos muros chorrean oscuros goterones de lo que parecen extraños fluidos. Un vallado cierra y oculta sus hechuras militares y, sobre la techumbre, cientos de gaviotas aportan un punto siniestro que trae el inquietante recuerdo de Los pájaros, de Hitchcock. Aún así, parece que al fin esta central nuclear, que nunca llegó a estar operativa, pasará a ser una enorme piscifactoría.
Había que buscar un bosque sombrío y enigmático como el que se convierte en protagonista en muchas de las escenas de Strangers Things. Cuando recorres las espesuras de la laurisilva y te envuelven las nieblas gomeras, comprendes que no puede haber otro bosque tan misterioso como este.
Los retorcidos troncos del 'monteverde canario' nos llegan directamente del Terciario, hace más de 20 millones de años. Troncos y enramadas vestidas de musgos de laureles, viñátigos, palos blancos, acebiños y especies afines que se transforman en extrañas criaturas que nos inquietan por un momento para evanescerse al instante siguiente. El Parque Nacional de Garajonay extiende sus húmedas espesuras en el elevado interior de La Gomera, donde una red de senderos se adentran en este mundo irreal.
No hubo la menor duda en elegir la singular laguna soriana como el escenario español más parecido con cualquiera de los que aparecen en la serie estadounidense. Considerado uno de los parajes más hermosos de la península Ibérica, la Laguna Negra es el lugar más conocido del Parque Natural de la Sierra de Urbión.
Situada a 2.000 metros de altura y rodeada de verticales paredes de roca, nos recuerda a la laguna de la serie donde aparece el falso cadáver de Will. Por si fuera poco, en las oscuras aguas del humedal soriano se esconde la leyenda de Alvargonzález, referida por Antonio Machado (La Ruta de Alvargonzález sigue los pasos de la excursión que realiza el poeta en 1910) y que aporta un enigmático ambiente a la que dio en llamarse 'abrevadero de lobos'.
El que está considerado el mayor bosque de pino silvestre de Europa acoge singulares espesuras a las que puede llegarse a través de escondidas carreteras, muy parecidas a las que recorren los chavales de la serie. Entre todas las del bosque segoviano escogemos la que empieza frente a la Venta de los Mosquitos junto al puente de la Cantina, al pie de Las Siete Revueltas, y que lleva a la Fuente de la Reina.
Lo más curioso de este lugar es que ha sido escenario de varias películas, siendo la más famosa Conan el Bárbaro, cuya productora, en 1982, construyó aquí el poblado natal del héroe encarnado por Arnold Schwarzenegger, y por Jorge Sánchez en el papel de Conan niño. Por esto, en Valsaín, cuando se habla de este paraje se refieren a él como "por 'ande' Conan".
La cabaña secreta en la que Hopper esconde a Eleven durante casi un año podríamos compararla con las cabañas del Llano de los Conejos. Ambas están perdidas en plena naturaleza, rodeadas de bosques. La americana en Hawkins y la española en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Un lugar donde desconectar de todo y no ser encontrado (si no quieres).
El Llano de los Conejos lo forman cuatro cabañas de madera situadas en Cañamares. Todas bien equipadas y separadas unas de otras para garantizar la intimidad. Muy cerca de ellas se encuentra la piscina natural en el río Escabas y el Parque Natural del Alto Tajo donde perderse caminando.
Uno de los nuevos escenarios de la segunda temporada es el Arcade, una sala de videojuegos en la que Dustin aparece jugando al mítico Dragon's Lair y en la que la pandilla conoce a un nuevo miembro: Max, que utiliza los recreativos como vía de escape a su hermano.
Otro guiño ochentero que nos transporta a esos años en los que los recreativos eran lugar de encuentro entre los jóvenes que jugaban al Tetris por unas monedas. Ese mismo ambiente es el que transmite 'Next Level Arcade Bar', en Madrid. Aquí tres máquinas multijuegos se van renovando todos los meses con grandes clásicos como Pac-Man, Super Pang o Ghosts 'n Goblins. Pura nostalgia en vena.
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