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Écija, Sevilla
Imaginar degustar unos bollos tan secretos que nadie sabe cómo elaborarlos salvo, por supuesto, quienes los fabrican. Pues así son los bizcochos marroquíes de Écija. Su receta, originaria de mediados del siglo XVIII y seguida desde entonces, se ha intentado copiar cientos de veces. Incluso hay páginas web y blogs de cocina rondando por Internet. Pero no hay manera, los bizcochos marroquíes solo los saben hacer las monjas del convento local de Santa Florentina de Écija. Y estas monjas son muy quisquillosas a la hora de dar pistas: “azúcar, huevos, almidón de trigo y la Gracia de Dios”. Esa es toda la información que se les puede sacar. Pero mejor así. Al dulzor y ternura que ofrecen su finísima masa y su suave crema se le añade el privilegio de saber que pocos más pueden saborear algo como esos bollitos. ¡Exquisito secreto de confesión!
