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Los mejores volcanes de España

Los volcanes más famosos de España... con permiso de Cumbre Vieja

Actualizado: 22/04/2017

El volcán de Cumbre Vieja ha despertado nuestra curiosidad por estas bocas que usa la Tierra para lanzar su voz y cuya naturaleza muestra su enorme poder. Sin embargo, al margen del ya famosísimo de estos días de La Palma, la mayoría son volcanes extinguidos o durmientes que enseñan ahora, con calma, su dramática belleza.

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En las últimas semanas hemos estado muy pendientes de las Islas Canarias. El volcán Cumbre Vieja de La Palma entraba en erupción atrayendo la atención del mundo entero. La lava, independientemente de los daños materiales que ha dejado a su paso, exhibía con su baile la fuerza descomunal de la naturaleza. Aquí recorremos otros volcanes de España más o menos conocidos:

1. Teide

Monarca de las Islas Canarias, el Teide también lo es de todas las montañas españolas, no en vano es el punto más alto de nuestra geografía: 3.718 metros sobre el nivel del mar. Parque Nacional, Patrimonio Mundial de la Humanidad, Diploma Europeo del Consejo de Europa, lugar de la Red Natura 2000... Este volcán situado en el centro de Tenerife acumula títulos y galardones, aunque el más destacable de sus méritos es el sobresaliente paisaje de su territorio.

Imprescindible visita para los amantes de la geología, este estratovolcán es un escenario de ciencia ficción. Desde el inicio de la larga subida al cono final, asaltan al viajero espectáculos como la Tarta del Teide, corte del terreno situado junto a la carretera de acceso en la que fue una de las paredes de un viejo cauce de lava. Ya en lo alto, se accede a la impresionante caldera, que los expertos señalan única en el planeta. Alrededor se extienden coladas, malpaíses, roques, pitones, cuevas, galerías y conos de diferentes tamaños entre los que aparte del Teide, destaca el Pico Viejo.

Para los menos deportistas, un teleférico te acerca hasta el pico del Teide. Foto: shutterstock.
Para los menos deportistas, un teleférico te acerca hasta el pico del Teide. Foto: Shutterstock.

El único inconveniente es la cantidad de turistas que visitan el Teide: tres millones de personas al año, por lo que conviene preparar con antelación la visita, si quieren evitarse largas colas en el teleférico de acceso al pico, por ejemplo. Desde la estación superior aún queda el sendero que sube hasta el pico y que se recorre en unos 45 minutos. Los más deportistas se evitarán las colas y el teleférico recorriendo la ruta de subida y que pasa por el refugio de Altavista, donde se puede hacer noche.

Aparte de estas actividades, son recomendables las excursiones señalizadas que recorren Las Cañadas del Teide, la inmensa caldera de 17 kilómetros de diámetro que rodea el pico principal. Existe líneas de autobuses, guaguás, desde Puerto de la Cruz y Costa Adeje que llevan al Teide y puede contratarse la visita en agencias locales.

El Roque Cinchado y, al fondo, el Teide nevado, ambos en el Parque Nacional del Teide.
El Roque Cinchado y, al fondo, el Teide nevado, ambos en el Parque Nacional del Teide. Foto: Shutterstock.

Comer: Restaurante Lucas Maes. La Orotava. Situado en esta localidad, al pie de la subida al Parque Nacional del Teide por el Portillo de la Villa. Una de las mejores opciones gastronómicas de Tenerife comandada por este chef canario de origen belga cuya cocina ha sido galardonado con un Sol Repsol. Especialidades canarias con toque internacional.

Dormir: Parador Cañadas del Teide. Posiblemente el parador que está situado en el lugar más exótico de toda la cadena. Se alza en el interior de Las Cañadas del Teide, a más de 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar y bajo el cono del volcán. Edificio que respeta el estilo de la arquitectura colonial canaria, su cocina es un muestrario correcto de las especialidades isleñas. El parador cuenta con un telescopio para la observación de las estrellas en uno de los mejores cielos del mundo para la observación astronómica.

2. Teneguía

Sin salir de Canarias –las islas son el territorio volcánico por excelencia de España–, La Palma acoge nuestro segundo volcán, vecino del que se ha hecho famoso estos días. No destaca precisamente por su altura: 439 metros sobre el nivel del mar que, además, está a menos de un kilómetro de su cumbre. Sí que lo hace por ser el último que ha estallado en nuestro territorio.

El 26 de octubre de 1971 explosionó, manteniéndose activo durante 24 días. Cuando cesó la ira de la Tierra, un nuevo territorio había aparecido en la punta sur de La Palma. Dos millones de metros cuadrados, que son la parte más joven de las islas y de España.

En este terreno apenas crecen los matorrales. Foto: Alfredo Merino.
En este terreno apenas crecen los matorrales. Foto: Alfredo Merino.

Desde entonces el municipio de Fuencaliente, donde se sitúa el Teneguía, se ha convertido en referencia mundial y en atractivo turístico de primer orden. El área volcánica fue declarada Monumento Natural Volcanes de Teneguía y es una recomendable visita que se realiza sin el menor inconveniente.

Área volcánica donde se acumulan coladas, campos de lapilli y conos es un paisaje desértico en el que apenas crecen matorrales. En el Centro de Visitantes del espacio protegido, situado en la localidad de Los Canarios, hay toda la información sobre el vulcanismo de la zona y las actividades que pueden realizarse.

Destacan los senderos que visitan los hitos del pequeño espacio, como el roque y el volcán Teneguía y el volcán San Antonio. Todos están perfectamente señalizados y protegidos con barandillas en los lugares delicados. Aparte de los que alcanzan las cimas, uno de los más interesantes es el sendero GR131, que lleva desde el Centro de Visitantes hasta el Faro de Fuencaliente. Recorrido de 7 kilómetros en cada sentido, que se realiza en unas 4 horas ida y vuelta. La ausencia de vegetación exige llevar protección solar y agua, siendo recomendable realizarlas a primera hora.

Este volcán está a 439 metros sobre el nivel del mar y explosionó en 1971. Foto: Alfredo Merino.
Este volcán está a 439 metros sobre el nivel del mar y explosionó en 1971. Foto: Alfredo Merino.

Junto al faro se localizan las interesantes salinas de Fuencaliente. Declaradas Sitio de Interés Científico, conservan la manera tradicional isleña de obtención de sal y son importante punto de descanso de aves migratorias.

Comer: El Jardín de la Sal. Frente al mar y junto a las salinas y el faro de Fuencaliente, es especialmente recomendable su terraza. El joven Juan Carlos Rodríguez Curpa gestiona una carta que resume el entorno del establecimiento y en la que destacan los pescados locales como el escolar o el sable.

Dormir: La Palma Princess Spa & Conference Resort. Situado en Fuencaliente de la Palma, junto al Teneguía, es uno de los mejores de la Isla Bonita. Lo más interesante es el amplio conjunto de piscinas y la zona Spa “Centro Agua Princess”. Especialmente recomendable para familias.

3. Santa Margarita

El Santa Margarida, como se llama en catalán, es el volcán más famoso de la región volcánica de Olot (Girona), oriente de los Pirineos. Integrado en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha, está considerado el mejor paisaje volcánico de la península Ibérica.

Cuarenta volcanes se localizan en la zona, pero no hay nada que temer. Su periodo de actividad sucedió hace 11.000 años y ahora están extintos. Entre todos ellos el Santa Margarida es el mejor; el cono perfecto. Desgastado por la erosión y recubierto por un tupido traje de árboles y vegetación mediterránea, no oculta sin embargo sus hechuras cónicas, bien visibles desde lejos. La visión del volcán hace que a pesar de la abundante oferta de caminatas de este lugar, y que suponen más de 2.500 kilómetros repartidos en 28 senderos, apetezca subir a su cima. Sobre todo cuando se sabe qué hay en su interior: una ermita medieval.

La famosa ermita medieval en el interior del cráter de Santa Maragarida. Foto: Rubén (@surfzone) / Flickr CC.
La famosa ermita medieval en el interior del cráter de Santa Maragarida. Foto: Rubén (@surfzone) / Flickr CC.

El paseo arranca en el pueblo de Santa Pau y es una sencilla caminata de una hora aproximada de duración. El camino, más bien una pista, por lo cuidado, ancho y protegido que está, recorre un bosque donde los castaños son el árbol más abundante. Al no tener demasiada inclinación, ni ser larga -alrededor de un kilómetro-, es asequible para los más pequeños.

La visión desde el borde del cráter incita a bajar a su interior. Una planicie circular cubierta de hierba en cuyo centro se alza el pequeño templo, en el que destaca la delgada españada.

El hayedo de Fageda d'en Jorda, sobre las coladas del volcán El Croscat.
El hayedo de Fageda d'en Jorda, sobre las coladas del volcán El Croscat. Foto: Shutterstock.

Muy cerca de este volcán, a unos cinco kilómetros, se localiza la Fageda d'en Jorda, uno de los hayedos más famosos de España. Su singularidad es que crece sobre las coladas de otro volcán, el de El Croscat que, dicho de paso, es el de tipo estromboliano más grande de la Península.

Información. Casal dels volcans.

Comer: Les Cols. Inexcusable restaurante situado en que pilota la chef trisoleada Fina Puigdevall. Cuidada carta que se basa en los productos de la tierra y de las estaciones, con una interpretación que, como señala su autora, representa la austera y auténtica esencia de La Garrotxa. Reconocido con 3 Soles Guía Repsol.

Dormir: Hotel Vall de Bas. Situado en una masía del siglo XVIII en las cercanías de la zona volcánica de La Garrocha. El edificio tradicional con sus jardines, que cuentan con piscina, es un remanso de paz.

4. El Gasco

Sorprende mucho conocer que en Extremadura hay un volcán. Aunque las últimas investigaciones señalan que en realidad se trata del impacto de un meteorito que cayó en la Tierra hace entre uno y dos millones de años. Esto no impide que todo el mundo lo conozca como el volcán de El Gasco e incluso la Junta de Extremadura lo mantiene con la declaración de 2003 como Lugar de Interés Científico Volcán de El Gasco.

Situado en el término municipal de Nuñomoral, en la comarca cacereña de Las Hurdes, este agujero de cincuenta metros de diámetro debe su nombre a que se localiza en la pequeña población de El Gasco.

Los meandros del río Malvellido que pasan junto al volcán El Gasco. Foto: shutterstock
Los meandros del río Malvellido que pasan junto al volcán El Gasco. Foto: Shutterstock.

A pesar de su situación remota, el volcán de El Gasco ha sido bien conocido desde siempre en Extremadura, teniendo incluso una utilidad económica local. En torno a los afloramientos de rocas pumíceas originadas por el impacto en el cerro del pico del Castillo se montó una industria de piedra pómez utilizada en los ochenta del pasado siglo XX para el lavado y envejecimiento de pantalones vaqueros, y para pipas de fumar y otros artículos de artesanía local.

Un camino que parte de El Gasco lleva en una hora hasta el cráter, después de recorrer un escenario de pequeñas huertas vecinales, bosques mediterráneos de encinas, madroños y alcornoques y más arriba pedrizas y viejos afloramientos rocosos sobre los que planean abundantes aves.

La cascada del Chorro de la Meancera, con sus más de cien metros de caída. Foto: Junta de Extremadura.
La cascada del Chorro de la Meancera, con sus más de cien metros de caída. Foto: Junta de Extremadura.

Aparte de la visita del cráter, el llamado Chorro de la Meancera, una hermosa cascada de más de cien metros de caída, es el otro destino más destacable de la naturaleza de la zona.

Dormir: Hospedería Hurdes Reales. El hotel más recomendable de esta parte de la provincia de Cáceres. Ocupa un edificio construido para albergar a Alfonso XIII cuando visitó las Hurdes en 1922. Se localiza en la localidad de Las Mestas, perfecto punto de partida para descubrir otros rincones de la comarca cacereña. También se puede pernoctar en los Alojamientos Bioclimáticos Akassa.

Comer: En la alquería del El Gasco está el restaurante 'La Mencera' con una carta bastante atrevida para la comarca.

5. Cerro de Agrás

Uno de los tres afloramiento volcánicos de la Comunidad Valenciana, junto a las islas Columbretes y Picassent. También conocido como Cerro Negro o volcán de Cofrentes, por su proximidad a menos de un kilómetro de esta localidad. Es humilde en sus dimensiones, pues solo alcanza la altura de 527 metros.

Panorámica del municipio de Cofrentes, vista desde el castillo. Foto: Toni Rodrigo / Flickr CC
Panorámica del municipio de Cofrentes, vista desde el castillo. Foto: Toni Rodrigo / Flickr CC.

Sus formas delatan que es de tipo estromboliano, de los más violentos y tuvo su periodo de mayor actividad hace unos 300.000 años. No está extinguido pues su interior continúa emitiendo gases que utiliza para sus instalaciones el cercano balneario de Hervideros. En su cercanías está la central nuclear de Cofrentes.

Las continuadas extracciones que durante la década de los ochenta realizó la cementera Asland hicieron desaparecer la morfología original del cono volcánico. A pesar de ello, todavía se identifica su forma. Para acceder al cerro Agrás, hay que cruzar el río Cabriel y alcanzar las llamadas Casas de Alcance. Aquí hay un aparcamiento para los vehículos y es el punto donde arranca la ruta volcánica.

De libre acceso, el camino ha sido acondicionado como sendero de pequeño recorrido, con el nombre de PR-CV379, que cuenta con señales y paneles explicativos. Recorre los diferentes parajes geológicos que originó la actividad volcánica, con coladas, amontonamientos de lapilli, chimeneas, bloques, bombas y aglomerados de diferentes tamaños, paredes y restos de galerías. En el interior del viejo cráter destaca la explanada central, planicie cubierta por residuos volcánicos en la que destaca un enorme bloque basáltico.

Lava sólida del volcán de Cofrentes. Foto: Tomás Royo / Flickr CC
Lava sólida del volcán de Cofrentes. Foto: Tomás Royo / Flickr CC.

El cerro de Agrás cuenta con otros otros dos afloramientos volcánicos. Uno es el llamado Pico del Fraile, mientras que el segundo se sitúa a los pies del castillo de Cofrentes.

Información. www.cofrente.es

Comer: La Posada de Águeda. Situada en la cercana Requena, amplia carta con especialidades de la cocina valenciana de mercado y tradicional, con preferencia hacia los productos del cercano Mediterráneo.

Dormir: Hotel Balneario Hervideros. Complejo que incluye dos hoteles y un centro termal que ocupa un área de dos kilómetros cuadrados entre pinares y un paisaje típico de la montaña levantina. Entre los diferentes edificios, algunos ocupados por habitaciones, el principal se alza encima del manantial de Hervideros.

6. Cerro Gordo

Se alza este volcán en el epicentro de una de las tres principales zonas del vulcanismo reciente de la península Ibérica: Campo de Calatrava. En ella se incluyen volcanes dormidos que rugieron a lo largo del Cuaternario y el Plioceno. Se extienden por una amplia área que ocupa más de cinco mil kilómetros cuadrados, con 240 volcanes individualizados, en los términos manchegos de Almadén, Almagro, Bolaños, Ciudad Real, Daimiel, Miguelturra y Puertollano.

El principal de todos ellos es el volcán Cerro Gordo. Situado entre Almagro y Granátula de Calatrava, el Ayuntamiento de esta última localidad, junto con la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, ha creado un área visitable que ha convertido este episodio geológico en un volcán-museo, abierto al público desde 2016. El acceso se efectúa desde las carreteras autonómicas CM-143 y CR-P-5122, dirección Valenzuela de Calatrava.

Se localiza este volcán-museo en la cantera San Carlos y consiste en un recorrido autoguiado que descubre los procesos geológicos de la región a través de sendas, pasarelas y paneles explicativos que llevan al mirador del volcán, desde el que se contempla la comarca.

La amplitud de la región volcánica de Campo de Calatrava recomienda además de la visita al Cerro Gordo un recorrido por área para conocer otros lugares representativos como las lagunas volcánicas, que aseguran son las únicas de Europa continental. Entre ellas destacan las de Cervera y la de Fuentillejos.

Laguna de la hoya de Cervera, en el municipio de Almagro.
Laguna de la hoya de Cervera, en el municipio de Almagro. Foto: Cedida.

Comer: Mesón El Corregidor. El más afamado restaurante de Almagro ofrece la singular cocina manchega con especial primor hacia los productos de caza.

Dormir: La Casa del Rector. Emplazado en una casa del siglo XVIII de la vecina localidad de Almagro. Edificio restaurado conservando estilo y detalles de la época a unos pasos del famoso Corral de Comedias y los Museros del Encaje y Nacional de Teatro Clásico.

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